viernes, 8 de agosto de 2014

Valiente


Una entre cientos de personas que se cruzó en mi camino.
Una entre tantas que me alcanzó el corazón.
Una entre tantas almas que imprime su huella,
Que puedo conocer, comprender, admirar.

Hablo de cercanías que traspasan limites materiales, físicos.
Complicidad en una mirada, un gesto, no hacen falta palabras.
El silencio a tu lado no es incómodo, te observo, pensativa, alguna idea enmarañada.

Aprendo de ti y contigo.
Tus abrazos son ternura, me cuidas, quiero cuidarte.
Mis pensamientos flotan y camino pensándote.

Hermana, amiga, compañera de trinchera,  a veces faro.
Siendo nosotras mismas, libres.
Reconocemos límites, miedos, oscuros temores, pasiones y alegrías.

Di-vagamos acompañándonos, por las calles de la cuidad grana que enamora.
Juntas creamos espacio-tiempo de rebeldía "anti-social-alquitranada".

Una caricia, una mirada cómplice -ya se.
Largos y cálidos abrazos transeúntes.
Diálogamos hasta la extenuación mental y física, se convierte en necesidad vital poner patas arriba este mundo absurdo y violento. Que nos enferma.
Nos curamos? Nos autoinfligimos locuras insurrectas?
Crepitamos de rabia deconstructora ante subyugadoras costumbres,
la heteronorma nos oprime.

Me ofreces vida, eres primavera.
Intelectual y humanamente irrumpo, me remueves los sesos y las entrañas.
Me precipitas, me muestras abismos de crudas realidades,
vamos juntas, de la mano.
Te siento cerca.
Y este mundo extraño es menos inhóspito.

Desprendes energía, rebelde, revolucionaria, de amor y alegría.

Nos sentimos niñas, ¿¡a quién le importa?!
Si te percibo vulnerable, abatida, quiero estrecharte y reconfortarte.

Vives y te alimentas de pasiones.
Eres loca, lo máximo, ¡histérica!
Te entregas a lo que percibes que merece la pena y la alegría.



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