9-9-2014 Hull (UK)
Pesada carga sobre nuestras espaldas.
En ocasiones demasiado, duele, aún quema. Revivirlas,
reconocerlas, sentirlas otra vez, por no escucharme, por dejarme llevar por la
comodidad de las costumbres y normas sociales dañinas, por buscar esa absurda “seguridad” que nos inocula el patriarcado.
Cansa, extenúa la consciencia del calado de este sistema que
nos explota, nos aprisiona y nos exprime solo por ser mujeres, tan solo por
haber nacido con órganos sexuales femeninos, o por dejarnos llevar por deseos
sexuales no-heteronormativos, por ser simplemente nosotras mismas, libres.
Ideas de venganza me sobrevienen. La justicia
institucionalizada no otorga garantías, no nos puede proporcionar seguridad
porque está diseñada y sostenida sobe la misma ideología mutiladora y cruel.
Por separado estamos vencidas. La lucha es el único camino,
en la unidad.
Si no lo quieres comprender, si no sabes ponerte en nuestra
piel y ni por un segundo eres capaz de sentir una milésima del sufrimiento que
el patriarcado nos causa, lárgate. Vete. No pongas más trabas de las que ya hay
en nuestro camino. Aleja tu ego miserable de nosotras.
Maldita vuestra arrogancia, no os quiero en mi vida. No voy
a justificarme por ser quien soy y elegir lo que elijo.
Ya va siendo hora de que, compañeras, enfoquemos nuestra
violencia, que tan exitosamente sabemos emplear contra nuestros cuerpos, hacia
fuera, hacia quienes nos dañan y nos coartan. Hacia quienes se creen con
derecho sobre nosotras.
Lista de la compra:
Tácticas de guerrilla feminista.
Autodefensa.
Reapropiarnos de nuestra violencia como respuesta.
Ataque preventivo.
Ante la duda tú la viuda.
Si me agredes, te mato.
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