¿Qué hacemos cuando ya no nos queda ni el miedo?
A veces el peso de la realidad no me deja elevar la vista
para verte venir.
Saber que entre tanta mierda hay algo por lo que seguir
luchando.
Como las flores que quiebran el asfalto para brotar,
buscando el sol.
Quiero que te quedes a
mi lado. Ya no quiero huir más.
Ya no quiero sufrir más.
No puedo. Algo se rompe muy adentro.
Ni las ansias de venganza, ni las dudas, ni el miedo
acabarán conmigo.
Dame una esperanza. Que sienta que no todo está perdido.
Cuando el horror de este mundo nos aplaste,
Surgiremos, juntas, como las flores en mitad de la acera.
No vamos a desistir.
Somos expertas de la resistencia.
Guerreras. Incómodas. Histéricas. Brutas. Guarras.
Sublimes. Vulnerables. Valientes.
Nos golpean.
Volveremos a levantarnos. Con más fuerza y mayores certezas.
Nuestra retirada sería su victoria.
Solo la muerte nos detendrá, mas nuestras ideas no se
perderán con el huracán de la represión y la barbarie.
Hemos nacido para trascender.
Nuestras armas son las redes, que como arañas vamos
tejiendo. La música, con sus vibraciones nos cura. La alegría que alimentamos.
La lealtad que sustenta el entramado.
Cada vez somos más. Y estamos muy hartas.
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