jueves, 12 de septiembre de 2013

La mudanza: cambio y resilencia


Vivo entre maletas, cajas y bolsas de objetos
que a veces me resultan ajenos
y me pregunto si realmente necesito,
si son míos y en qué momento decidí acumular.

Por no saber cuándo ni dónde encontraré un oasis
en el que poder detener el tiempo.

Incertidumbre manifiesta en resonantes latidos,
que  me golpean,
de un corazón cicatrizante,
incansable, y grita: ¡No me hieras más!

Decidí, y no vuelvo la vista atrás
en busca constante de mí misma,
sin olvidar lo que no volverá jamás.

siento un impulso hacia delante,
sin volver sobre mis pasos intento salir del barro.
Nuevas perspectivas, cambio, búsqueda, equilibrio…
Energía que me inunda, cálida, verde, necesaria.
Sólo a veces…

Me alejo del desasosiego, la soledad acompañada
de tenerte y no poder alcanzarte al corazón.
No hay lugar para compadecerse, ni explicarse
no hay sitio para la tristeza o la melancolía,
sensaciones que inundan y ahogan.

Resilencia para curar heridas, para seguir
con más fuerza, decisión y acción
resilencia es plantar semilla,
hacerla brotar fuerte, flexible y decidida
con extensas y firmes raíces
para que los temporales venideros no me puedan quebrar.
Ni los vientos extremos me lleven de nuevo a la deriva.

Nuevas sensaciones pueblan mi alma
Nuevas ideas en constante cambio, crecimiento
Nada permanece, nada se repite
El camino es ahora, es cada día, es momento
Y no habremos de volverlo a pisar, jamás.

Cerrar para sanar

Abrir para crecer y crear.

Yo, mi, me, conmigo ;)

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