miércoles, 23 de octubre de 2013

al fin...



  Tu vida puede cambiar en cuestión de días. Puedes pasar años deseando un cambio que retrasas poniéndote excusas para no actuar. Pero cuando te decides y sientes que lo que decidiste y llevaste a la práctica es lo que te hace feliz, eso no tiene precio. Las decisiones tomadas desde el corazón suelen ser las correctas y no caben arrepentimientos. Ser feliz cuesta tan poco a veces, porque en tantas ocasiones perdemos el tiempo pensando en lo que nos molesta que no tratamos de enfrentarlo.

  Hoy una buena amiga me dijo que no puedes apagarte y reiniciarte como si fueras un ordenador. Hay que buscar herramientas para solucionar las cosas de manera creativa y reflexionarlas, no sirve  de nada dejarlas apartadas en un rincón haciendo como si nada ocurriera. Es una gran lección de madurez, que muy pocas personas están dispuestas a afrontar abiertamente sincerándose consigo mismas y con las demás personas a las que afectan. Porque lo fácil es hacer como si no pasara nada y quemarte por dentro, en definitiva reprimirte, ejerciendo violencia sobre nosotras mismas…

  Lo cómodo y la fácil es mirar para otro lado cuando algo nos causa dolor o sufrimiento. Y es cobarde, es un no querer escucharte, sentarte contigo y dialogar, sin juzgarte, sin castigarte por lo que fuiste o no fuiste capaz.

   Nuestra cultura nos enseña a reprimirnos y a violentarnos a nosotras mismas cuando las cosas no suceden como esperamos. Perder el control de nuestras vidas y dejarnos arrastrar por lo cotidiano y trivial es fácil, lo realmente valiente es enfrentarlo, es reconocer lo que estamos haciendo mal para actuar de manera consciente en el cambio y retomar o comenzar a ser dueñas de nuestras vidas.

  Porque no nacemos con un manual de instrucciones de la vida bajo el brazo, lo sabio sería aprender cada día, sin miedo a equivocarnos y sin miedo a sentir por el daño futuro.

  La sensación de que llevabas años esperando eso que siempre pensaste que no llegaría y cuando al fin te llega, te acuerdas de eso que muchas veces escuchaste ”todo llega” pero que nunca creíste del todo, sientes que habías estado preparándote para eso. Y lo sabes, sabes que merecía la pena y la alegría todo lo anterior. Sin esas vivencias nada de lo que ahora haces tendría sentido.

   Encontrarse a una misma observando el mundo y siendo partícipe y protagonista de tu propia historia es una de las mejores sensaciones que existen. Saber lo que cuesta llegar hasta donde te encuentras y valorar que acabará te hace vivirlo intensamente y aprovechar cada oportunidad de vivirlo. Recuperar la sensación de tener unos objetivos por delante que te apasionan, que activan cada una de tus neuronas, cada centímetro de piel y te mantienen receptiva, atenta, en definitiva: viva.


miércoles, 9 de octubre de 2013

A Mi Manera



Yo creo en mí
Y en mi manera de decir
Lo que pienso
Yo creo en mí
Y en mi manera de sentir
Lo que siento
Yo creo en mí
Y en mi manera de pensar
En lo que digo
Yo creo en mí, en tí, en mí
Y en tí y en mí
A mi manera

Tira corazón
Que él que gusto da
Placer se lleva...!!!!!

Buika "A mi manera"